Aquí estoy otra vez para contaros cositas interesantes, se que para muchos de vosotros, con los que hablo habitualmente, los consejos que doy son complicados de seguir, cambiar hábitos de una vida entera es muy difícil y soy consciente. El consejo de hoy es uno de ellos, cuando hablamos de FRUTA parece que hablamos de salud y de comer bien, y es cierto, pero hay un error muy común en la mayoría de las familias muy fácil de corregir.
En mi casa como en la mayoría de las casas después de comer siempre se pone la fruta como la opción más saludable de todos los postres. Es cierto que la mayoría de los postres no nos aportan muchos beneficios ni de salud ni para perder peso, que suele ser lo interesante. La novedad es que la fruta tampoco lo hace y a continuación voy a tratar de explicaros el porque para que lo entendáis perfectamente.
Sabemos que las grasas se acumulan en el cuerpo y en las paredes de las arterias, también sabemos ya que los hidratos de carbono que no gastamos también se acumulan, pues lo mismo pasa con los azúcares y aquí es donde aparece la fruta. Las frutas contienen fructosa, que es como se llama al azúcar de las frutas y hay que tener cuidado con la cantidad y sobre todo en el momento del día que se ingieren. No podemos comerlas a todas horas ya que aunque contienen muchas vitaminas y minerales también contienen mucha energía que hay que gastar. Pero la fructosa de la fruta no es lo mismo que las calorías ofrecidas por los hidratos de carbono ya que el cuerpo las asimila mucho mejor y las quema más rápido ( eso si, siempre con el estómago vacio)
Este es el motivo por el cual la fruta es un tentempie maravilloso que nos ayudará a saciar el hambre de una manera sencilla y sabrosa.
Aunque estamos de acuerdo con que las frutas son muy saludables, son una fuente muy importante de azúcar simple, fructosa. Vuestro cuerpo almacena carbohidratos en forma de glucógeno en los músculos y en el hígado. Cuando el cuerpo necesita energía, se rompe el glucógeno en azúcar para usarla en diversos procesos corporales. Cuando las reservas de glucógeno están llenas, los carbohidratos adicionales que no se queman con ejercicio físico se acumulan como grasa ( michelín al canto, vamos) La fructosa se convierte más eficientemente en grasa ( concretamente se transforma en triglicéridos, que son moléculas de grasa)
Os preguntareis porque sucede esto, pues bien sucede porque la fructosa solo puede ser procesada por el hígado, ya que los músculos no tienen la enzima necesaria para transformar la fructosa en glucógeno y la capacidad del hígado es mínima, tiene máximo 40 gr de capacidad, que generalmente al final del día está llena... y una vez que la capacidad de reserva de glucógeno en el hígado está a tope todo el exceso se convierte en triglicéridos y reservado en forma de grasa en el tejido adiposo.
Una vez analizado el proceso vemos como aunque en nuestra cabeza la fruta es sinónimo de salud también hay que tener cuidado, mi consejo no es que dejéis de comer fruta sino que escojáis las que menos azúcar tienen y reservéis las más dulces para cuando hagáis actividad física ( plátano, melocotón, higos...)
Trataremos de comerlas siempre fuera de las comidas y no las mezclaremos; si quiero comer dos piezas siempre mejor dos manzanas que una manzana y una pera, de esto último no se el porqué, a mi me lo dice mi naturópata y yo os lo cuento jajajaja supongo que será por facilitar la digestión al igual que no hay que mezclar muchos alimentos.
Esta fermentación de la fruta es la causante de que se ralentice la digestión y a muchas personas les puede llegar a sentar mal la comida por este motivo ( Anda que comerte un cochinillo y que te siente mal la fruta suena a chiste no? pues ocurre en ocasiones jajjajaj)
Siguiendo esta máxima llegaremos a la conclusión de que el mejor momento para comer la fruta es entre horas que es cuando nuestro estomago esta vacío y por lo tanto no puede ralentizar la digestión ni que se fermente.
En lo referente a cuando es mejor comer la fruta, tenemos que tirar de la lógica; por la mañana deberíamos comer los alimentos que nos aporten energía rápida, es el caso de los hidratos de carbono (cereales, patata, pasta...) también proteínas ( carne, pescado, huevos...) así que deberíamos comer las frutas en el almuerzo y por la mañana. Ya por la noche lo más adecuado sería comer verduras y sobre todo intentar cenar pronto, se que es difícil pero es muy importante que pasen al menos 2,5 horas entre la cena e irnos a dormir. Nos ayudará mucho en la digestión, sobre todo por la noche, finalizar con una infusión ya que calienta el estómago y no interfiere en la digestión. En un próximo post os hablaré de la importancia de consumir las bebidas calientes o del tiempo y olvidarnos del hielo.
Bueno se que lo de olvidarnos de la fruta después de comer para muchos será un "sock", otros ya lo habréis oído en alguna ocasión, el caso es que merece la pena hacerlo yo ya me he acostumbrado y si yo puedo vosotros también.
Feliz fin de semana! este sábado hay una competición de patinaje sobre hielo en El club las encinas de Boadilla por si no tenéis plan! nos vemos allí o la semana que viene con nuevos consejos!
Gracias por estar ahi.
Salud y amor
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